Viento muy racheado que oscilaba entre los 2 y los 8 nudos. La eskimo con toda su potencia hacía lo que podía, tan pronto estaba tirando de mi como un tractor como de repente se desventava y caía a plomo. Pero como es un cometón algo iba haciendo. No me atreví a probar con el mtb por que me temía que cuando la cometa se desventase no me daría tiempo a parar para recuperarla antes de que cayese.
En estas circunstancias estuve un buen rato hasta que noté un tirón fuerte en el arnés y sentí ese gran lift que tiene esta cometa. Vi para el suelo y aprecié que estaba muy alto, aunque no me atrevo a decir ninguna altura concreta. Seguro que exageraría. El caso es que en todo momento me sentí seguro y con la cometa controlada. Me fijé que me dirigía a las dunas e intenté cambiar el rumbo de vuelo, justo cuando comencé a girar sentí otro tirón y volví a ascender, con la mala suerte de que con la impresión no corregí el giro si no que lo continué. La cometa entró en potencia, sentí un tirón fuerte de frente y caí muy rápido por lo que no pude mantener el equilibrio en la recepción. Al caer intenté girar para hacerlo de espaldas (llevaba el protector) pero iba tan rápido que me quedé a medias y caí de costado golpeándome la cabeza. Menos mal que llevaba casco y todo quedó en un susto. Aunque con el golpe las gafas de sol me hicieron un corte al lado del ojo izquierdo y tuve una pequeña rotura de fibras en el hombro del mismo costado.
Estuve un rato en estado de shock sin ser capaz de levantarme.
Cuando lo conseguí saqué el anemómetro marcaba entre 6 y 16 nudos. Comprobé la distancia que había entre las marcas donde despequé y las de la recepción. ¡Volé 25 metros, ni más ni menos!
Intenté probar de nuevo pero casi consigo otro viajecito así que desistí y me fui al coche, donde me di cuenta del corte al verme en el espejo retrovisor.

Así que decidí ir a un centro de salud para que valorasen la gravedad de la herida y me la limpiasen, con la idea de acercarme después a Penapurreira para charlar con la gente que había quedado allí.
Me acerqué hasta el centro de salud de As Pontes donde me atendieron muy amablemente y me dijeron que no me preocupase por el corte, pues era pequeño y superficial.
Me acerqué hasta el centro de salud de As Pontes donde me atendieron muy amablemente y me dijeron que no me preocupase por el corte, pues era pequeño y superficial.

Por la tarde, ya en casa, le cambié las poleas a la barra cross over casera, por que las que tenía de antes iban muy recias y me obligaban a hacer giros bruscos.
Al día siguiente me fui a Pantín con la ilusión de probarla aunque no tuve más remedio que ir con la marea alta. Así que estuve un buen rato haciendo surcos con la rad 3 manejándola con la barra. Ahora va de maravilla, el cambio de poleas mejora todas las sensaciones de vuelo. Estoy encantado con mi barra casera.
Al día siguiente, otra estación de mi via crucis, decidí probar con el kayak en Villarrube, pues el mono ya era muy fuerte.
Nada más meterme comprobé que me resultaba imposible remar con el dolor de la rotura de fibras del hombro, así que a recoger todo y para casa.
Cuando estaba en plena faena cayó un granizo bestial acompañado de fuertes vientos que me obligó a parapetarme detrás del coche.
Así que decidí que hasta que la semana santa acabase y mi hombro estuviese recuperado no volvería a meterme en ningún fregado.
Así que a día de hoy aún estoy esperando que lleguen unas buenas condiciones para retomarlo amigablemente sin sobresaltos.
A pesar de todo, creo que aprendí varias cosas estos días que me servirán para seguir avanzando en mis vicios.
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