La previsión no era maravillosa, pero la dirección del viento era buena para hacer mi primera visita cometera a Sabón.
Siempre oí hablar bien de este spot, pero yo le tengo algo de manía por que la última vez que fui con el kayak, el mar estaba tan sucio que nos tuvimos que ir antes de tiempo. En otra ocasión que fui en verano, me encontré con que no había nadie en la playa; me dirigí al puesto de los socorristas para preguntar el motivo y me respondieron que el baño estaba prohibido por la contaminación de la playa. En fin, sin comentarios.
Siempre oí hablar bien de este spot, pero yo le tengo algo de manía por que la última vez que fui con el kayak, el mar estaba tan sucio que nos tuvimos que ir antes de tiempo. En otra ocasión que fui en verano, me encontré con que no había nadie en la playa; me dirigí al puesto de los socorristas para preguntar el motivo y me respondieron que el baño estaba prohibido por la contaminación de la playa. En fin, sin comentarios.
Cuando llegué el anemómetro marcaba una media de 5 nudos, entre cuatro y medio y seis y medio.
Tenía tantas ganas de volar la eskimo que ni me lo pensé. Lo cierto es que se puede decir que con este viento ya tira bastante, pero como la marea aún no estaba muy baja, no pude rodar por que el mtb se hundía en la arena. Así que estuve practicando y dando pequeños saltos, aunque pude aprovechar alguna racha (llegué a medir siete nudos y medio) para hacer algún salto decentillo.
Cuando la marea me permitió rodar pude comprobar por fin lo que es rodar con de-power.
Al principio estaba bastante acojonado y no era capaz de arrancar, pero a medida que fui cogiendo confianza pude aprovechar mejor el viento e hice unas buenas rodadas y ¡mis primeras ceñidas! La sensación fue muy agradable, al comprobar que con un poco de viento ya soy capaz de manejar la cometa y rodar; eso sí, en las ceñidas parando cada dos por tres y de vez en cuando recurriendo a los kiteloops para que la cometa no perdiera fuerza o se saliese de la ventana.
También me pegué unas buenas leches, en una de ellas pasaba un paisano a mi lado y salió corriendo a socorrerme. Lo tranquilicé rápidamente y le dije que esas tortas son el pan nuestro de cada día para los que estamos aprendiendo. Me gusta mucho como se comporta la eskimo en las caidas, nunca se me fue al suelo y la recuperé sin problemas.
En resumen, fue una tarde en la que aprendí mucho y disfruté más.
Estuve casi tres horas y paré por que ya no quedaba luz para seguir.
Como anécdota decir que tuve la ocasión de ver a un kitesurfer con la FS psycho 17m. Impresionante cometa y como tiraba con los cinco nudos, una enorme estabilidad y noble en los movimientos, tengo unas ganas locas de probar una de esas para ver si son ciertas las maravillas que hablan sobre esas cometas.

Foto de una Flysurfer Psycho 3
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