viernes, 21 de mayo de 2010

Mejor no puede ir (Pantín 17/05/2010)

Con este pensamiento salí del agua el domingo pasado, "mejor no puede ir, así que a disfrutar de la familia en la arena".
Pues sí, me fui con la familia a Pantín aprovechando el veraniego día que nos regalaron las "letras galegas" y no quise dejar pasar la ocasión de darme un baño con la Lúcifer.
Fue una tarde muy agradable y la primera sorpresa fue encontrarme a José Miguel en el agua después de... ¡10 meses! Como siempre un gustazo remar con gente así.
Las olas tenían mucha fuerza y cuando entraba la serie se elevaban de forma considerable abriendo de izquierda de forma muy limpia y noble, dejándose surfear y dejando mucho margen para remontar.
La primera ola me sorprendió por su fuerza, entré en ella por la derecha y muy relajado, por eso no alcancé la velocidad suficiente para deslizarme por la pared y me calló en toda la cabeza haciéndome volcar; conseguí hacer un esquimotaje dinámico y ya me disponía a recibir espumones por todos lados cuando caí en la cuenta de que estaba en plena pared surfeando como un campeón, así que me puse las pilas y conseguí surfear la ola hasta el final ¡Un auténtico gustazo!
Ya con la lección aprendida seguí el baño con 1 ola de derecha normalilla y 3 o 4 de izquierda muy buenas, una de ellas con nadada incluída (ya iba tocando...)
José Miguel llevaba mucho tiempo en el agua y me llamó para avisarme que pillaría una ola más y se marcharía, yo le dije que estaría unos 20 minutos más y fui a por la siguiente. No tardó mucho en entrar la serie y formarse, justo donde yo estaba, un pico enorme que abría de izquierda. No me lo pensé dos veces y fui a por la ola ¡Qué sensación! Una ola grande y potente, muy noble y limpia que me permitió jugar con ella a velocidades de vértigo hasta la misma orilla.
Fue en ese momento cuando me vino a la cabeza aquello de... "mejor no puede ir, así que a disfrutar de la familia en la arena". Desembarqué, esperé a que saliera José Miguel, y me fui a disfrutar en la arena con una sensación de felicidad que sólo los que practicamos este tipo de deportes conocemos.

martes, 23 de marzo de 2010

IN CRESCENDO

Vaya temporada tan tonta!!

Después del viajecito a Portugal para vivir in situ el Ocean Spirit 2010 llegó la mudanza y las chapuzas propias de un nuevo hogar y muy poco tiempo disponible para lo que uno quiere hacer, o sea, remar.

Pero no puedo decir que haya estado parado, aunque casi siempre he tenido que remar sólo, pues mis salidas están siendo completamente improvisadas.


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He estado unas cuantas veces en Pantín y en Villarrube y me he acercado a Monforte para bajar el río Cabe con la gente de Lugo. Son muy buena gente, quiero agradecerles el día tan agradable que me hicieron pasar y la oportunidad de conocer un río tan bonito y asequible para un novato en agua dulce como yo.

La mayoría de las veces surfeé con la Lucifer y en alguna ocasión me dediqué a dar botes con la G-Force. Casi siempre tuve por compañeros a los alumnos de la escuela de surf de Pantín y en un par de ocasiones coincidí con Jorge, Juan, Javi, Joaquín y Andrés. En una de estas ocasiones estaba Mighello de visita y aprovechamos para sacar el autobús (Rotomod Ocean Duo) y echarnos unas risas.

La cosa va a más y este domingo el baño en Pantín fue muy bueno, aunque cuando llegué ni me imaginaba que disfrutaría tanto, pues no había ni media ola y la playa estaba desierta, ni siquiera el típico surfero que parece puesto por el ayuntamiento.

Decidí esperar, pues el mono es muy fuerte, y fueron apareciendo surferos que tampoco se decidían a entrar. Al rato apareció una buena serie y la sangre empezó a hervir (ya sabes de qué te hablo), poco después apareció una segunda serie y un surfero se metió hasta el pico de la derecha y yo me fui detrás de él.

Al principio las olas no eran exigentes, lo que me vino muy bien porque mi estado de forma actual es bajo y pude ir entrando en calor. Cuando llevaba media hora en el agua empezó a funcionar el mítico pico de Pantín, el que está enfrente de la caseta de los socorristas, y pude surfear dos de las mejores olas de mi vida, en una de ellas alcancé una velocidad que no había sentido antes y con la fuerza de la ola acabé haciendo dos tirabuzones seguidos, aunque más bien me los hizo la ola a mí.

Después de esta ola empezó el tomate y tardé más de media hora en poder remontar, cuando lo hice sólo entraban unas barras que no te dejaban surfear. Era el momento de cambiar de kayak y meterme con la G-Force, pero ya no tenía el cuerpo para más fiesta y decidí volver a casa, eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja.

PD. Quería subir un par de fotos, pero blogger está hoy un poco tonto y no me deja, lo haré en cuanto pueda.